Las inundaciones provocadas por el desborde del río Guadalupe dejaron al menos 68 fallecidos en Texas y decenas de personas aún no han sido localizadas. La mayor parte de las víctimas se registró en el condado de Kerr, donde las lluvias del viernes provocaron una crecida histórica del cauce.
Equipos de rescate trabajan por aire, tierra y agua en varias zonas afectadas. Entre los puntos más críticos se encuentra el campamento Mystic, donde aún se busca a menores desaparecidas. El gobernador Greg Abbott declaró el estado de desastre, mientras que el presidente Donald Trump firmó una declaración de “gran desastre” para acelerar la asistencia federal.
La situación sanitaria también preocupa, debido a la contaminación del agua. Las autoridades pidieron a los residentes mantenerse alejados de las zonas inundadas y seguir las indicaciones de emergencia, ante el riesgo de nuevas lluvias intensas. Especialistas atribuyen la gravedad del fenómeno al impacto del cambio climático.