El republicano Donald Trump, al asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos, prometió una “era dorada” para el país, asegurando que su administración pondrá fin a la “decadencia” de gobiernos anteriores.
En su discurso inaugural, realizado en la Rotonda del Capitolio, destacó que Estados Unidos recuperará su posición como la nación más poderosa y respetada del mundo. “Estados Unidos reclamará su lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra, inspirando la sorpresa y admiración del mundo entero”, afirmó.
Trump anunció medidas drásticas, como declarar una emergencia nacional en la frontera con México y deportar a extranjeros criminales. También propuso aumentar la participación del Estado en alianzas público-privadas y eliminar subsidios a vehículos eléctricos.
Su discurso incluyó referencias a sus políticas de inmigración y energía, así como críticas al “establishment” político, prometiendo restaurar la soberanía y la justicia en el país.
“Iniciaré de inmediato la reforma de nuestro sistema de impuestos y comercial para proteger a los trabajadores y familias estadounidenses. En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, vamos a imponer aranceles y imponer impuestos a países extranjeros”, aseguró el mandatario.