Arqueólogos peruanos hallaron los restos de una mujer de alto rango en Áspero, un antiguo asentamiento pesquero vinculado a la civilización Caral, considerada la más antigua de América. El entierro, fechado entre el 3000 y el 1800 a.C., se encontraba en la Huaca de los Ídolos y llamó la atención por la notable conservación de piel, cabello y uñas, algo poco común en la zona.
El cuerpo fue hallado envuelto en varias capas de textiles de algodón y juncos, junto a un manto confeccionado con plumas de guacamayo provenientes de la Amazonía, técnica que no se había documentado en culturas andinas hasta siglos más tarde.
Según los estudios preliminares, la mujer tenía entre 20 y 35 años, medía aproximadamente 1,50 metros y llevaba un adorno en la cabeza que reflejaría su estatus. Los investigadores destacan que el hallazgo no solo permite comprender mejor el nivel tecnológico de Caral, sino también su relación con territorios distantes, como la selva amazónica.
Para los especialistas, este contexto funerario aporta valiosas evidencias del desarrollo artístico y de las habilidades en manufactura que poseía esta civilización, además de reforzar la idea de que las mujeres desempeñaban roles significativos en su estructura social.