El Ejército israelí impactó con un proyectil la iglesia Sagrada Familia de Gaza, única parroquia católica en la Franja, que servía de refugio a cientos de desplazados, causando al menos dos muertos y varios heridos, incluido el párroco argentino Gabriel Romanelli, amigo cercano y frecuente interlocutor del papa Francisco.
El ataque se produjo por la mañana y dañó gravemente la estructura mientras aproximadamente 400 personas se refugiaban en el lugar. Autoridades religiosas y civiles denunciaron que la iglesia fue impactada de forma directa, lo que generó una condena internacional.
El papa León XIV expresó su profunda tristeza y urgió a un alto al fuego para buscar la paz en la región. La primera ministra italiana Giorgia Meloni y el ministro de Exteriores Antonio Tajani calificaron el ataque como “inaceptable” y exigieron un cese de la violencia.
Israel confirmó que investiga el incidente y aseguró que busca minimizar daños a civiles y sitios religiosos, mientras acusa a milicianos de Hamás de operar en áreas civiles.
