La jueza de la Niñez y la Adolescencia, Gladys Mabel Solís, recibió una denuncia por parte de la doctora de guardia del IPS donde explicaba que un menor necesitaba de urgencia una transfusión de sangre, ya que los padres se negaban por sus prácticas religiosas. La magistrada autorizó el procedimiento médico.
Al momento de realizar la intervención, acompañaron la acción de la jueza la defensora pública de la Niñez Águeda Morel y la actuaria judicial Alicie Silva, quien labró acta de todo lo acontecido en la previsional.
Gracias a este tipo de mediación, se logra salvar vidas que necesitan la rápida intervención de los magistrados y otras instituciones del Estado encargados de velar por la seguridad de los niños.