Un celular fue hallado este jueves en el mismo sitio baldío de Coronel Oviedo donde días atrás se encontró el cadáver de María Fernanda Benítez, la adolescente de 17 años que estaba embarazada y fue asesinada. Las autoridades investigan si el dispositivo pertenece a la víctima.
El aparato, localizado frente a la casa del principal sospechoso del crimen, fue descrito por los investigadores como severamente dañado y sin tarjeta de memoria. La posibilidad de que fuera de la joven es alta, aunque aún no hay confirmación oficial.
El procedimiento fue encabezado por el fiscal Fermín Segovia, acompañado por agentes policiales y la jueza Catalina Riquelme, en presencia del periodista Robert Figueredo, quien detalló que el teléfono está “totalmente carneado”.
Así también, se realizó un allanamiento en la residencia de Franco Antonio Acosta Céspedes, propietario de una farmacia donde se habría adquirido el medicamento con el que el presunto feminicida intentó provocar un aborto. Acosta quedó detenido tras sospechas de haber eliminado grabaciones del circuito cerrado de su local en los días posteriores a la desaparición de la joven.
La autopsia confirmó que la joven falleció por intoxicación con monóxido de carbono, y que también presentaba signos de violencia física. Su cuerpo fue hallado parcialmente calcinado en el mismo baldío frente a la casa del principal sospechoso.