Un grupo de jóvenes, principalmente autoconvocados a través de redes sociales, protagonizaron una movilización en el centro de la capital para exigir el fin de la corrupción, la impunidad y mayor transparencia en la gestión pública.
La protesta, impulsada por sectores identificados con la Generación Z, reunió a cientos de manifestantes que, vistiendo camisetas de la selección nacional y portando carteles con consignas como “Basta de corrupción” y “Que se vayan todos”, se enfrentaron a un importante operativo policial desplegado en el microcentro.
Pese al carácter pacífico de la mayoría de los participantes, la jornada se vio marcada por momentos de tensión. La Policía Nacional bloqueó los accesos al Congreso Nacional y al Palacio de Gobierno con vehículos blindados, carros hidrantes, drones y un gran número de agentes. Según datos oficiales, más de 3.000 efectivos fueron movilizados.
Durante el desarrollo de la marcha se produjeron forcejeos y se denunciaron detenciones arbitrarias. Siete personas fueron aprehendidas, entre ellas una enfermera y dos jóvenes. Las detenciones provocaron reclamos por parte de los manifestantes, quienes exigieron su inmediata liberación y denunciaron uso excesivo de la fuerza.
A pesar de los obstáculos, los jóvenes lograron avanzar hasta el Panteón de los Héroes, donde recibieron el apoyo de ciudadanos presentes en la zona. Desde allí reafirmaron su compromiso de seguir movilizándose y mantenerse en alerta.
Varios legisladores de la oposición criticaron duramente el despliegue policial, calificándolo de exagerado y represivo. También cuestionaron el operativo montado frente a la residencia del expresidente Horacio Cartes, considerándolo un intento de intimidación.
Los organizadores destacaron que, aunque la convocatoria fue menor a lo esperado, la movilización representa solo el comienzo de una serie de acciones ciudadanas para exigir cambios reales en el país.
