El Estado Islámico (EI) afirmó ser responsable del atentado ocurrido el viernes en el auditorio municipal de Crocus, al noroeste de Moscú, mientras que Ucrania niega cualquier implicación y sugiere que es una “operación” del Kremlin.
Según reconoció el grupo yihadista a través de su canal de Telegram, llevaron a cabo el ataque en las afueras de Moscú, causando “una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura”. Estados Unidos también recibió información de inteligencia que respalda la afirmación del Estado Islámico.
Por otro lado, Ucrania negó estar involucrada en el atentado y afirmó que no tiene sentido atribuirlo a ellos. El asesor del mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, consideró que Rusia podría utilizar este evento para aumentar la propaganda militar y justificar ataques contra la población civil de Ucrania.
Por su parte, el ex presidente ruso, Dmiti Medvédev, amenazó con destruir a los líderes ucranianos si se demuestra su participación en el ataque, que dejó al menos 115 muertos y más de 140 heridos, de acuerdo con servicios de seguridad rusos.