Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina, asumió este viernes su propia defensa en los alegatos finales de un juicio que enfrenta por presunta asociación ilícita y administración fraudulenta agravada, solicitando que se investigue a los fiscales del caso Diego Luciani y Sergio Mola, quienes pidieron que cumpla una condena de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
La expresidenta denunció que el juicio está plagado de “mentiras, calumnias y difamaciones” y se molestó porque el Tribunal había desestimado en agosto concederle una ampliación de su declaración indagatoria, que solicitó tras los alegatos de la Fiscalía.
“Quiero hacer un formal pedido ante este Tribunal para que al finalizar las audiencias se extraiga testimonio de todas y cada una de las mentiras de los fiscales contrastadas con la prueba documental, pericial y testimonial que tuvo este juicio”, solicitó la expresidenta.
El juicio oral comenzó en 2019, luego de que la actual vicepresidenta argentina haya sido acusada de la presunta concesión de 51 obras públicas a firmas del empresario Lázaro Báez en la provincia de Santa Cruz, durante su mandato y en el de su fallecido esposo, Néstor Kirchner.
Se espera que el veredicto final se conozca a fin de año pero debido a sus fueros parlamentarios, la vicepresidenta no puede ser detenida ni inhabilitada hasta que haya una sentencia firme de la Corte Suprema de Justicia.
