El 2 de abril de 1990, los presidentes de Paraguay y Argentina, el general de Ejército Andrés Rodríguez y Carlos Saúl Menem, respectivamente, inauguraban una de las obras de ingeniería más modernas y emblemáticas del Mercosur, el puente Encarnación-Posadas, considerada una obra de unión y hermandad.
La obra fue concebida como indemnización de la Argentina al Paraguay y como herramienta para avanzar en la construcción de la hidroeléctrica Yacyretá. De esta manera, el puente nació como una llave que habilitaba el inicio de las obras.
En mayo de 1988, el Papa Juan Pablo II visitó Asunción y Encarnación y entre otras actividades canonizó a Roque González de Santa Cruz. En aquella ocasión, se habilitó el puente y se permitió que los católicos de Posadas cruzaran por el viaducto para asistir a la misa oficiada por el Papa en la capital de Itapúa.
