La crisis hidrológica por la falta de lluvias en la cuenca del río Paraná obliga a implementar un programa de generación coordinada en la Central Hidroeléctrica Itaipú para poder atender la demanda de los sistemas eléctricos de Paraguay y Brasil, respectivamente.
El superintendente de Operación de la Dirección Técnica de la Binacional, Hugo Zárate, explicó que la falta de agua impacta negativamente en la producción de energía que ya cayó un 15% respecto al 2020, año en que también se registró una merma en la generación.
“Estamos siendo afectados en la producción promedio desde el año 2020 y este año, inclusive, estamos con un nivel de producción inferior al año pasado; tenemos la perspectiva de cerrar el año, más o menos con esa diferencia”, indicó.
Zárate recordó que la mayor producción anual de la Central Hidroeléctrica Itaipú fue en el 2016, cuando se alcanzó una producción total de 103.000 GWh de energía, y este año se espera unos 65.000 GWh. Refirió que, así como están las cosas, si no se producen las precipitaciones en el orden suficiente para revertir la situación, la recomendación sería cuidar el agua economizando la energía. “Hay que tener en cuenta que cada foquito que se enciende hace que se consuma más agua en las hidroeléctricas”, acotó.
En otro momento, el superintendente de Operación precisó que las 20 unidades generadoras se encuentran actualmente disponibles y se las utiliza conforme a la demanda de los dos sistemas de Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y Eletrobras, respectivamente.
“Ellos hacen el pedido y nosotros disponemos las unidades para generar lo que nos piden. No hay ninguna restricción al respecto. El problema que tenemos son los caudales muy reducidos, entonces, no podemos sostener una producción muy alta por mucho tiempo, porque consumimos mucha agua. Lo que hacemos es una operación coordinada y programada, de tal manera que Itaipu produzca a una potencia elevada en las horas de pico de demanda”, apuntó.
Al respecto, el Ing. Zárate recalcó que el pasado lunes 20 de setiembre, por ejemplo, en varias localidades de Paraguay y de Brasil, se alcanzó una temperatura promedio de 40° de calor, por lo que la demanda de energía eléctrica estuvo alta y, en consecuencia, la producción de Itaipu también fue elevada. “Eso fue por un lapso, pero, no podemos sostener esa producción por mucho tiempo, aunque estemos con un 100% de disponibilidad para atender esos picos de demanda. Lo que nos aqueja ahora es la falta de agua”, reiteró.