El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, envió recientemente una misiva al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la intención de reabrir canales de comunicación directa entre ambas naciones, en medio de un nuevo episodio de tensión bilateral.
En el documento, Maduro habría propuesto mantener una conversación “franca y directa”, y sugirió como interlocutor al estadounidense Richard Grenell, exfuncionario del gobierno norteamericano, a quien calificó como una figura adecuada para establecer contacto.
La carta fue enviada el 6 de septiembre, pocos días después del ataque de fuerzas estadounidenses a una embarcación venezolana en aguas del Caribe, operación que Washington justificó alegando la presencia de narcotraficantes a bordo. El incidente dejó 11 fallecidos, y el barco fue vinculado con la organización criminal Tren de Aragua.
En su mensaje, el mandatario venezolano rechazó categóricamente las acusaciones que lo relacionan con el tráfico de estupefacientes, especialmente aquellas que lo vinculan con el llamado Cartel de los Soles.
Según Maduro, solo un 5% de la droga producida en Colombia transita por Venezuela, y afirmó que el 70% de esos cargamentos han sido incautados por las fuerzas de seguridad venezolanas.
Con este gesto diplomático, Maduro expresó su deseo de bajar el nivel del conflicto y reestablecer una vía de diálogo entre Caracas y Washington, luego de años marcados por la confrontación política, sanciones económicas y denuncias cruzadas.
