El presidente brasileño Jair Bolsonaro en su nube al creer que su país es el “mayor do mundo” matará con la ignorancia al coronavirus que se va expandiendo cada vez más por todo el mundo.
Comentó que habló con el presidente Mario Abdo Benítez, quien le manifestó su preocupación por el tráfico de personas en la frontera seca que existe entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porá, y no tuvo mejor respuesta que decir que “hay cierta histeria” por la preocupación ante la expansión de la pandemia.
Negando todas las señales de peligro, comentó que “son 17.000 kilómetros de frontera seca. Conversé con el presidente de Paraguay, Marito. Él habló conmigo sobre Ponta Porá y Pedro Juan Caballero. Es una frontera seca, no se sabe si estás en Paraguay y Brasil. No hay cómo evitar el tráfico de personas. Hay brasileños casados con paraguayas, paraguayas casadas con brasileños. Es una familia, son dos ciudades gemelas”.
“Hay cierta histeria. Como si cerrar las fronteras resolviera el problema. La gente no sabe de las consecuencias del futuro”, añadió y, para colmo, cuestionó a los gobernadores brasileños de San Paulo y Río de Janeiro, quienes, ante la falta de medidas del gobierno central, han resuelto implementarlas en sus estados. Esto, sin pensar siquiera que ayer se dio la primera muerte por coronavirus en su país, que ya tiene 350 casos confirmados.
Siguió lanzando una serie alocuciones , añadiendo que “Italia se parece a Copacabana, donde en cada departamento hay un viejo o una pareja de viejos. Entonces son mucho más sensibles y muere más gente. Tienen otras enfermedades, pero dicen que murió de coronavirus. No les mata el coronavirus que llegó último, estas personas están bastante debilitadas”, desmintiendo hasta a los propios expertos de Salud Pública de su país.
Y contó el secreto que él tiene para eliminar la pandemia: “No puede haber histeria. Si fuera por eso estaríamos todos locos. Va a pasar, es como el embarazo. Algún día va a llegar el niño”.