La Policía señala a Anderson Aldrich, de 22 años, como sospechoso del tiroteo ocurrido en la noche del sábado en el Club Q de Colorado Springs, que dejó cinco muertos y al menos 25 personas heridas.
Aldrich tiene antecedentes por cinco cargos de asesinato en primer grado y cinco cargos de delitos de odio, según muestran los registros judiciales. El hombre permanece hospitalizado y se niega a cooperar con los investigadores.
Reportan que el sospechoso apareció fuertemente armado en el club con un rifle largo y dos armas de fuego, vistiendo un chaleco antibalas. Durante el tiroteo mató a cinco personas, mientras que otras 25 resultaron heridas, incluidas 19 que recibieron disparos, según dijo el alcalde de Colorado Springs, John Suthers.
La tragedia no fue aún mayor porque dos personas presentes lograron heroicamente someter al agresor. “Al menos dos personas heroicas dentro del club confrontaron y pelearon con el sospechoso y pudieron detenerlo. Tenemos una gran deuda de agradecimiento con ellos”, dijo el jefe de policía de Colorado Springs, Adrian Vásquez.
Matthew Haynes, uno de los dueños del club LGBT, dijo que el cliente que aún no ha sido identificado “salvó docenas y docenas de vidas. “Detuvo al hombre en seco. Todos los demás estaban huyendo, y él corrió hacia él. Derribó al pistolero y fue asistido por otro”, relató.
“Miré hacia arriba y vi la silueta de un hombre que sostenía un rifle en la entrada del club, probablemente a unos 15 pies de mí (…) Hubo un momento en el que temí que no iba a salir con vida de ese club. Nunca había orado con tanta sinceridad y rapidez en mi vida, ya que esperaba ese resultado y temía ese resultado”, declaró a la prensa el camarero Michael Anderson.
Los investigadores buscan identificar si el tiroteo fue un crimen de odio, ya que se produjo en la víspera del Día del Recuerdo Transgénero, que se celebra en Estados Unidos en honor a las vidas de las personas trans fallecidas violentamente.
