En el barrio Santa María, hasta hace poco más de un año, la precaria red de alcantarillado sanitario existente colapsaba con cada lluvia y convertía la calle Choferes del Chaco y sus transversales en verdaderos arroyos de aguas pestilentes, que se abrían paso entre los patios y las casas. El olor nauseabundo de los efluentes cloacales permanecía durante días –y …